Que irónica es mi forma de vivir,
Que apática la dicha que me dimite,
Ayer pedía que te apartaras,
Hoy que te fuiste de mi lado,
Por causas inauditas, te extraño
Y me carcajeo de rabia, por este sentir
Exigiendo al viento, regreses a mi.
Hoy el cielo amaneció, tan gris y nublado
Y yo con un vacío inmenso, tan vasto
Justo en la mitad del corazón atormentado.
Que minúscula quedó la mente abandonada
Ahora que te extraño, y no hay compasión
Pido humanidad por esta absurda sensación,
Que me tira a las lágrimas y a la perdición.
Que irónica mi vida, que cáustica la razón,
Que pena me causa el recuerdo de tu presencia,
Cuando estabas a mi lado y te lastimaba,
Ahora que te has ido, la vida acabó vacía
Y el cielo que en días llegaba tan caluroso
Desde tu cruel partida, nublado amaneció.
¡Perdón por las lágrimas que te provoque!
El sitio que a tu estadía ocupabas,
Quedó tan falto de ti, tan triste rincón
Aún logro escuchar tu delicada voz…
Percibo tu suave y sutil aroma.
Hoy el día amaneció tan nublado
Y mi vida se fue de tras de tu recuerdo,
¡Perdóname por desear tu partida!
Hoy que no estas, se que me haces falta
Perdóname todo el mal. ¡Te extraño!
Discúlpame. ¡No quise hacerte daño!
Indulta el mal que a veces me afirma sensata
Redime las lágrimas y regresa aquí…
Exime esos días y, vuelve a mí...
E. B. R. (*S.G.*)
DOMINUS DESIDERATUM ENTEUS VITALUS
SEMPER AMORE
