Ansío el ocaso del cuerpo indeleble,
Deseo el fin de los tiempos prohibidos
Renazco como sombra que repugna, la luz clemente
De tan apática ansiedad mortuoria, que desgarra el alma.
Implacable apatía, has sido perennemente mi sutil compañía
Siempre tan presente, acompañada de la fúnebre melancolía
Tan amiga de la rebeldía que me envuelve al paso de cada día,
Impaciente asechas, esperas y mortificas tan demente a la alegría
Unica, eterna, voraz y tan aliada apareces, integra en esta agonía
Apatía, tan dulce y amarga apatía
Impaciente de piedad incierta, buscas abrojos
Tan lúgubre te mueves y renaces desde los escombros
Para mortificar el alma mía, para llenarme de mentiras
Para enterrarme en sombras aliadas al odio y al desamor
Maldita apatía, llegas, resurges en mi, para derrumbarme
Tan presente, inclemente y únicamente para amedrentarme
¿Por qué buscas pulcros puertos en lugares sosiegos?
¿Por qué apocas la dicha que en ocasiones arriba el puerto?
¿Qué te eh hecho, Porque me causas tanto quebranto?
Apatía, has vuelto con fuerza en mi, te has colmado de engaño
Te has saciado vilmente de fracaso, tan basto ha sido el daño
Hoy si te miraste satisfecha, destrozaste ferozmente pisaste raudo
Ahora has dejado en claro tu objetivo y has triunfado
Hoy muero, sí, exactamente, correcto, hoy fenezco
Hoy por tu fatal causa, así, lento y doloroso desaparezco
Dime apatía, ¿siendo tu tan fuerte, hay quien te derrumbe?
¿Existe alguien que te maltrate, tanto como tu a mi?
¿Por qué me tienes así? ¿Por qué aclamas mi fin?
Sí, hoy lograste el codiciado objetivo
También como tú, igual que tú
Hoy ansío el ocaso de mi ser.
E. B. R. (*S.G.*)
DOMINUS DESIDERATUM ENTEUS VITALUS
SEMPER AMORE
