Dulce pena de embeleso,
Llegas para violentarme.
A veces sollozo en tu regazo,
Y otras clamar no puedo…
Resulta nefasto mi impuro dolor
Pero me desquebrajo en sosiego
Y te busco. Y no te encuentro
¿Donde estás alegría?
¿Donde estás vida mía…?
Lapida mi amor a la pared…
Llena mi rostro de serenidad,
Y enjugando mis manos a tu altar,
Dame de tu dolor, el descanso eterno…
Vierte tu furia en mi…
Encoge mis ahítos con tus tinieblas.
Pero no enfurezcas mis querellas…
Me envolveré por ti, mientras tiemblas,
Y sanarás del mal, que de mí padezcas…
Entonces, nos hundiremos al oscurecer el día.
Y tú, y yo. Seremos bruma, silencio y melancolía…
E. B. R. (*S.G.*)
DOMINUS DESIDERATUM ENTEUS VITALUS
SEMPER AMORE