miércoles, 11 de enero de 2012

Pena


Que triste es ver las lágrimas secas,
Las perlas que enjugan tu alma,
Calladas, sin esencia, sin cuerpo;
Que luctuoso resulta verlas ahogadas….

Moro en los ojos de la vida,
Amor de mi vida hastiado en odio…
Rendido, incesante deslucido, 
Asqueado de tanto ahogo, de tanta pena.

¿Pero que tanto su alma condena?
Si más allá, va el sollozo que lo envenena.

Y te abrazo, y te doy sosiego, 
Más en mi gloria quisiera,
Llenarte en suave embeleso…
Cubrirte de tempestuosa pena, quisiera.
Y a paso, en trecho, en cada regazo 
No veo fin a tempestuosa faena, 
Y pugna de ti, de tu voz… rechazo.

Hombre de ojos sollozos, 
Que gritan silentes deseo,
De pecho retumbante, ruin
Que solo aloja veneno…

Hombre de amor furtivo,
Que anhela dolor, 
Que desea aliento…

Hombre necio, que se tumba en sepulcral silencio…
Abre tu corazón, que aquí sigo, que aún te ansío 
No me llenes de nada, y devuelve tus ojos a mí,
Que hoy sin ti no vivo, que de a poco muero…

Que dolor verte abnegado,
Cautivo de las sombra de un pasado…
Verdugo de mi fantasioso pecho,
Fanático de tempestad sin freno.

Que pena verte liado con el mismo lecho,
Y yo aquí, esperando aún tu regreso…
Que yo de ti, sigo siendo eslabón
Perpetuo… puro, tu lejano sueño…

Ven a mí, que en esta sombra en mutis...
Aún espero, aún te amo, aún solo... Deseo...


E. B. R. (*S.G.*)
DOMINUS DESIDERATUM ENTEUS VITALUS
SEMPER AMORE