El viento acarició tu
piel
Fragmentando mi sonrisa,
Apenas hoy me sacudí de la hiel
Tu efigie, que me dejó la brisa…
Camino, voy. Ya ando sin prisa,
Pues tu afecto se desmoronó deprisa,
Y quedó de ti, lo mismo que de mí,
Nada cariño, nada, ni sutil caricia.
Fue mi amor ternura en flor, en rosa,
Llegue a ser de ti todo, incluso cosa,
Te pinté, te fundí a mí pleno en prosa,
Y ahora soy para ti, esencia borrosa.
Tu otoño calcinó mis deseos,
Tu invierno heló mis cálidos besos,
Ya no queda nada, ni alegría en la mirada,
Se marchitó la vida que me quedaba…
¿Y que hago con éste amor?
Pregunté murmurando mientras marchabas,
La lluvia baño mi rostro mientras te alejabas,
Y al fin te disipaste en la sombra de la madrugada…
Ahí me quedé, cual flor sin sereno y deshojada,
Tratando de juntar los pétalos de mi morada.
Ahogada está mi voz, ahogada la mirada,
Y tú… sin un porque, sin razón a tu fachada…
¿Y qué hacer con mi piel demacrada?
¿Qué hacer cielo, sin la voz de tu mirada?
Le pregunto al frío de mi almohada,
Le hablo al mutis de tus vagos gritos
Que son de mí ahora, blasfemos mitos…
Y el alba ante mi sufrir, va sosegada,
Como tú, a mi lecho le dio la espalda…
¿Con que derecho al pecho, clavas tu espada?
¿Con que derecho me arrancas el alma?
¿A caso por amarte merezco ser humillada?
Si es así, no quiero volver a ver del amor ni la palabra,
Si es así, de aquí cierro con razón, mi dañado corazón,
Que ya no aguanta, que ya no ansía si quiera, tu mirada…
Todos los derechos de autor, reservados.
07/Febrero/2014