Una lisonja eterniza me mitiga el alma
Ofreciéndole a mi elipsis la peripecia de dicha.
Llegaste como vendaval extraño de calido otoño
Cubriste con tu beata labia de seda, al candor
Clausurando mí amarga vía de inmemorial dolor
Y en arrojo deambula victoriosa la vocablo
amor
Abatiste sagaz tan gallardo al desconsuelo,
Hoy me miro sigilosa, ya sin codiciarlo vuelo
Vuelo ferviente a tu lado, tan cerca del cielo.
Mis labios, experimentaron la más dulce miel
Desgajando con embeleso a la inicua, crespa hiel.
En la mente llevo el sahumerio sutil de tu
piel
Que me suspende en la gloria cada vez que suspiro
Y por doquier, aunque yerro, feliz te indago,
te miro…
Mas presénciate en tu andar, por donde consigas
estar
Pues es tal la monomanía, que comienzo por ti a
pirar,
Te inhalo del aire de cada lugar, hoy te voy a
secuestrar
Y en mis parvos delirios, en la vida te dejaré
escapar…
Has enloquecido la razón de la cordura
Te amo con magna ilusión y dulzura
¡Quédate así, a mi lado perennemente!
¡Quédate en este lecho, te regalo mi pecho!
No me dejes jamás, siento arrebato por tenerte
Y dispensa si en mi ferviente anhelo busco
poseerte
Pues es tan magno mi ahíto por tu cuerpo
Que irradia devoción en carácter de anticuerpo
Antídoto para mi reconcomio y vana orfandad.
Y por Dios, cuida no curarte, jamás de mi…
Que afilie a tus dichas, desflorarías este
regocijo
Mejor aísla de tu propensión ese mezquino
acertijo
Y acunar mi pleno en tu regazo sagaz,
sempiterno a ti…
E. B. R. (*S.G.*)
DOMINUS DESIDERATUM ENTEUS VITALUS
SEMPER AMORE
