Yergues tegumento silente,
Sigilo espiritual yaciente,
Evocas tu cuerpo creciente,
Delirio, aclamando demente…
Noctambulo amo, de voluntad rabiosa,
Incrédulo patrono de hálito lóbrego,
Tersura cabal de mano colérica
Lisonjas estólidas en inopia cariñosa,
Te nombras gallardo, cual galano errante,
Lapidas cuerpos, derrocas bravuras
Allanas sentidos y evocas emociones,
Más en tu mente reside, embuste al amar.
Socarrón ente de quienes te han venerado,
Esclavo obsoleto, de remembranza procaz,
Yerras y yaces, errando caminas, errado vas
Y entre sombra vana, por languidez caerás.
Hipas aún recuerdos imprecisos
Emergidos que ambicionas desterrar,
Te calificas querubín de noches rubí,
Pobre espíritu carmín, palpita vacío así.
No entristezco mis encauces por ti,
Mezquino lirio entrañable y novelero,
Inconcuso trastornado, tu propio verdugo,
Patético iluso badulaque, fútil zalamero.
No me ruegues más te ordeno,
Déjame quererme te pido, llegar a ver
Ésta luz de día, que lo sé, no vendrá.
Corazón enclaustrado, déjame soñar…
A secas florezco preso, me sepultas tenaz,
Tan adentro de mí, entre todas estas utopías,
Dónde solo eres una perla ceca, y entre ocaso
Una voz que murmura descuidadamente…
¡De mi, no te puedes apartar!
E. B. R. (*.S.G.*)
DOMINUS DESIDERATUM ENTEUS VITALUS
SEMPER AMORE
DERECHOS RESERVADOS
