domingo, 26 de enero de 2014

Pintando estrellas.



El cielo se cubre de pardo,
Noctambulo, socarrón amargo,
Niegas para mí la dicha, con tanto retardo
Exaltas mi súplica y mi voz entre pávido letargo,
Gusto de tus luceros, titilantes en fosco manto
Rocío de noches tristes, luz de encanto,
Esquivas mi sentido, más aún con tu desprecio te pinto.
Zar ladino ¿Por qué derogas para mí tus majos luceros?
Caudillo de mis pesadillas, me yermes el instinto...
Óbelo intrínseco, no vayas por mi vida imponiendo fueros.

Flagelo arrogante y siniestro, tus látigos son mi pincel,
Excéntrico arrogante, anulas las estrellas que te entinto,
Retiras todo como si fuese burla, o solo exiges arancel,
Repeles mi corazón, y sabes que vengo de Corinto
El mar es mi acento, pero tú eres mi aliento,
Albacea de la sangre que corre por mis venas.

Cúrate de tu pena, que de dicha voy acorralarte
Ufano, sé que no es mi esfuerzo al decorarte,
Intenta ser tú… quien aliente mi universo
Tan solo una vez, mírate de anverso a reverso…
A ver qué vez, a ver qué tan cierto es el universo.

Vilipendios me dejas, sin tus pecas fulgurosas,
Ingenuo, pues con tus reproches formo mis tintas
Voy moteando tú pleno con mis tantas sonrisas,
Idolatría de mi amor, es hacerte con arte caricias
Entinto de ámbar tu tez con pinceladas tardías,
Nívea gama de nubes adornan en la luna llena mi alegría,
Donde aún en tu oscuridad nace majestuosa simpatía,
Ondeando sobre tus terrenos, me procuras compañía.

Entre cantos coloridos quiero posarte
No entristezcas manto cenizo, déjame mostrarte,
Tengo un puñado de caricias, hálitos de mi alma
Retengo la manía del espíritu, que con delirio te ama,
Eres seda oscura en quien con chispas pinto mi locura

Somos cómplices de tiempo, si te ocultas te encuentro,
Oasis de mis días, de mis dichas; de encantos y alegrías.
No me hundas en tus infectas y absurdas antipatías,
Rumoréame al oído que solo jugueteas conmigo…
Igual y te sorprendo con mi canto, cielo amigo,
Si te sigo animando y ataviando, quizá recuerdes
A esta fiel guerrera, que te alaba y te venera,
Si tan solo osaras mirarme, yo sería…
                                       Tu eterna compañera.


S.G.
Decorando mi alegría.
Todos los derechos de autor, reservados.

26/Enero/2014