Es fácil mirar la melancolía de mi alma,
Si alguna vez se me escapa una lágrima,
Si me vez en cama después del mediodía,
La verás, si me encuentras totalmente escondida,
Avistando el tiempo pasar tras mi ventana.
Notarás mi desdicha cuando la vida, me sea vana,
Si los deseos se me han ennegrecido en la apatía.
No cuestiones mis silencios,
No enfades por mis lágrimas,
Si no te tengo una respuesta puntual,
Si me envuelvo tardía en lo inusual,
No juzgues fiero que en mi lecho hay grima,
Más en lugar de todo ello, abraza mis vacíos.
No me juzgues, no te enfades,
Cíñeme el alma, envuélveme de ti,
Así, en silencio… ámame con caricias,
Ámame entre besos, sin otros afanes,
Que tu sentimiento volverá en mí,
Y seguro, te lo aseguro, disiparás mis nostalgias.
Si la mirada ya no me brilla, sonríeme,
Si mis lágrimas se suicidan, ámame…
Si mis labios no te musitan, bésame,
Que muy seguro, necesito de tu dulzura,
Y te aseguro, mi vida, apaciguaras mi tortura.
Para el mal del ser,
Amor y ternura hay que tener...
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01/Febrero/2014