Asomabas sublime sonrisa tras el
ventanal que nos aparta, de aquí para allá tus pasos andaban. Te seguí con la
mirada, una, dos, tres veces y mi cielo desbordabas… cuatro, cinco, seis, en
sueño me dejabas. Sola entre la multitud me hallaba, atinando la ocasión que me
atraparas, y si te percatabas… como loca disimulaba.
¿Qué tienes joven, que tienes? ¿Qué
tienes que me apresas el alma? ¿Será acaso tu sonrisa que me halaga? ¿O soy
solo yo con tu efigie al alba?
Un vendaval de pasión hizo
tempestad en la mente... estabas ahora ahí, al frente mío… derrocaste las
barreras para tocar mi mano y, sin salir de tu comarca me llevaste al paraíso para
hacerme parte del universo con un beso… Más luego volvió el corazón a pisar la
tierra, todo había terminado y salí con radiante sonrisa pues ahora tu número,
sin pedirlo, me habías proporcionado.
Volando alto.
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14/Febrero/2014