La dicha me persigue,
Con vientos del este y oeste,
Del norte hacia el sur,
Me atraviesa la piel descalza,
Me atrapa, desvive y descansa.
La alegría nos anda en ligue,
Si no le importunas te sigue,
Yace tranquilo, estará presente,
Y te trae a mi mente sin conocerte.
La dicha me acosa en esta prosa…
Me saca con luz, de mi eterna fosa,
Las nubes son ahora color rosa,
No porque todo pinte bien en mi vida,
No porque ya no lloro de pena sin medida.
La dicha me apresa y me su hace su princesa
Ando a ciegas, no me importa si mi faz tropieza,
Voy en una sola pieza y luchando va mi entereza,
No me afecta la tristeza pues mi fuerza, me endereza.
La
pena murió…
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18/Febrero/2014