Soy media luz, de mi amarga pena.
Soy voz descalza, arrullo adormecido.
Si acaso me voy, nada pasa, al fin nada soy.
El cielo arde, el ave más no vuela.
Los ríos ya no corren, son arroyos de hielo.
¿Qué veneno bebí, que no puedo ni palmar?
¿Quién puede esta agonía con amor calmar?
No quiero compasión, más pago con pasión
Ahogo ayuno de sentidos de mi encallada desazón.
S.G.
10/06/14